La clave para aprovechar la IA: Formación y confianza en tus empleados
La inteligencia artificial (IA) está revolucionando el entorno laboral a nivel global, pero aún existe una importante brecha entre lo que las organizaciones logran implementar y lo que los empleados perciben.
En los últimos meses estoy bastante activo en Linkedin y participé en un debate con otros usuarios sobre un artículo del CEO de Zoom, Eric S. Yuan. El artículo en cuestión «La IA allanará el camino hacia una jornada laboral más corta«, generó como es lógico opiniones de todos los colores. Salió a relucir el tema de la baja implantación real de la IA en las empresas estadounidenses, tan solo un 6%, según un informe de Goldman Sachs del que ya hemos hablado aquí.
Lo que es evidente es que este desafío no es solo tecnológico; es humano, cultural y organizativo. Según el artículo «AI in the Workplace: Answering 3 Big Questions» de Kate Den Houter, las cifras son contundentes: aunque el 93% de los líderes de recursos humanos en empresas Fortune 500 han comenzado a integrar IA en sus procesos, solo un 33% de los empleados estadounidenses es consciente de estos esfuerzos. Esta desconexión, potenciada por la falta de formación y comunicación interna, está limitando el potencial de estas herramientas.
La percepción de la IA: un abismo entre líderes y empleados
Mientras los directivos ven en la IA una aliada estratégica, los empleados siguen mostrándose reticentes y, en muchos casos, desinformados. De hecho, un 70% de ellos reporta no usar IA en su día a día laboral. Entre quienes la emplean, las tareas más comunes son la generación de ideas, la consolidación de datos y la automatización de procesos básicos, actividades que apenas rascan la superficie del potencial transformador de esta tecnología.
El principal reto radica en la falta de preparación: solo el 6% de los trabajadores afirma sentirse muy cómodo utilizando IA. Este dato refleja una necesidad urgente de programas educativos que aborden tanto las capacidades técnicas como los temores asociados al cambio tecnológico.
Tres pilares para una integración efectiva de la IA
Para cerrar esta brecha, Gallup identifica tres estrategias clave que las empresas deben priorizar:
- Definir un plan claro de integración: Los empleados que conocen las metas de la compañía en términos de IA son hasta casi 5 veces más propensos a sentirse seguros utilizándola. La transparencia en los objetivos genera confianza y fomenta una cultura de innovación.
- Establecer guías claras de uso: La ausencia de políticas específicas no solo frena la adopción, sino que también aumenta la percepción de riesgo. Contar con normativas bien definidas evita la incertidumbre y promueve un uso responsable y eficaz.
- Formación alineada con las necesidades del puesto: Los trabajadores que reciben capacitación específica en IA son un 89% más propensos a percibir esta tecnología como una ventaja significativa. Esto no solo acelera la curva de aprendizaje, sino que también empodera a los empleados al hacerlos parte activa de la transformación digital.
¿Y en España?
Aunque el estudio se enfoca en Estados Unidos, las conclusiones son igualmente aplicables al contexto español donde la adopción de tecnologías emergentes también avanza a diferentes ritmos dentro de las organizaciones. Aquí, el reto adicional es alinear estas iniciativas con las particularidades culturales y regulatorias de cada país.
Para las empresas españolas, apostar por la formación digital y el liderazgo inclusivo será clave para superar las resistencias iniciales y fomentar la confianza. La IA no debe ser vista como una amenaza, sino como una oportunidad para liberar a los empleados de tareas repetitivas y permitirles enfocarse en actividades creativas y estratégicas.
Sin embargo, esto solo será posible si las empresas priorizan la comunicación, la formación y el acompañamiento en este proceso. Adoptar la IA no es solo una cuestión técnica; es un cambio cultural. Con los programas adecuados, las empresas pueden no solo optimizar sus operaciones, sino también generar un impacto positivo en su fuerza laboral, fomentando una transformación que coloque a las personas en el centro de la innovación.