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¿Es posible un “Digital Mittelstand” en España? Aprendiendo del modelo alemán

El reciente artículo de Mert Bulan, “We Don’t Need Startups, We Need Digital Mittelstand”, plantea una reflexión profunda sobre la necesidad de reorientar las estrategias de innovación digital hacia las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) en lugar de centrarse exclusivamente en el ecosistema de startups. Esta visión, basada en el éxito del Mittelstand alemán, invita a preguntarnos si España, con su propio tejido PYME, podría adoptar un enfoque similar para impulsar su economía a través de la digitalización.

Un tejido empresarial con similitudes, pero también con diferencias

Tanto Alemania como España comparten una base económica donde las PYMEs son protagonistas. En ambos países, las pequeñas y medianas empresas representan el 99% del tejido empresarial, aunque su peso en el empleo varía ligeramente: el Mittelstand alemán emplea al 60% de la fuerza laboral, mientras que las PYMEs españolas sostienen al 72% de los trabajadores. Este protagonismo común podría ser la base para una analogía válida entre ambos modelos, pero las diferencias en su madurez digital y en la estrategia institucional muestran caminos divergentes.

El Mittelstand alemán se ha consolidado como un referente no solo por su volumen, sino por su capacidad para innovar y adaptarse a los cambios tecnológicos. Sin embargo, según Bulan, la verdadera fortaleza del Mittelstand radica en su enfoque en la sostenibilidad a largo plazo, la digitalización profunda y la creación de valor en las comunidades locales, un enfoque que contrasta con la dinámica de crecimiento rápido y a menudo efímero de muchas startups tecnológicas. España, aunque comparte el reto de digitalizar sus PYMEs, ha optado por un enfoque diferente, priorizando la masificación de herramientas digitales en lugar de la especialización sectorial.

Digitalización: Estrategias diferenciadas entre Alemania y España

En Alemania, el programa Mittelstand-Digital ha demostrado ser un modelo de éxito para la digitalización empresarial. Este programa cuenta con una red de 26 centros especializados y más de 1.000 expertos que trabajan directamente con las empresas para implementar soluciones tecnológicas avanzadas como Internet de las Cosas (IoT), Inteligencia Artificial (IA) y Blockchain. Esta estrategia se centra en la transferencia tecnológica y en el desarrollo de proyectos piloto que permiten una adopción controlada y eficiente de las nuevas tecnologías. Un ejemplo de ello es el programa de gemelos digitales en la industria manufacturera, que ha permitido a las empresas reducir en un 18% sus costes de producción mediante la simulación de procesos y la integración de sensores inteligentes.

Por su parte, España ha lanzado el Plan Digitalización PYMEs, una iniciativa ambiciosa que pretende llegar a 1,5 millones de pequeñas y medianas empresas hasta 2025. Este plan incluye una inversión de 4.656 millones de euros y se articula a través de plataformas digitales como Acelera Pyme. El enfoque español es más amplio y accesible, ofreciendo bonos digitales y herramientas de autoevaluación online. Iniciativas como el Kit Digital permiten a las PYMEs acceder a financiación directa para adoptar tecnologías básicas como el CRM en la nube, la analítica predictiva o la ciberseguridad. Sin embargo, a pesar de su alcance masivo, este enfoque ha sido criticado por centrarse en una digitalización más superficial y menos orientada a la transformación tecnológica profunda que promueve el modelo alemán.

Casos prácticos y aprendizajes cruzados

Los resultados de ambos modelos reflejan estas diferencias de enfoque. Mientras en Alemania se han implementado más de 50 proyectos de IA en el marco del Mittelstand-Digital, en España se ha conseguido un impacto significativo en el acceso de las PYMEs a herramientas digitales básicas. El Kit Digital por ejemplo, ha permitido que un 23% de las empresas adopten sistemas de CRM en la nube, aunque solo un 11% ha avanzado hacia la analítica predictiva, un indicador de la dificultad para lograr una digitalización más avanzada.

En este contexto, Bulan sugiere que la clave del éxito del Mittelstand radica en la combinación de una fuerte infraestructura de apoyo técnico y un enfoque pragmático hacia la digitalización. Es decir, no se trata solo de ofrecer recursos financieros o herramientas genéricas, sino de acompañar a las empresas en un proceso de aprendizaje continuo y específico para su sector. Esta es precisamente una de las áreas donde España podría aprender del modelo alemán, apostando por crear redes de mentores técnicos y fortalecer la colaboración entre universidades y empresas para desarrollar proyectos de I+D con un impacto directo en las PYMEs.

¿Qué podría aprender Alemania del enfoque español?

Aunque el modelo alemán es inspirador, no significa que no haya margen para el aprendizaje en sentido contrario. El Plan Digitalización PYMEs español ha mostrado una notable agilidad en la distribución de fondos y en la creación de plataformas digitales accesibles.

España ha priorizado la inclusión de las microempresas, aquellas con menos de 10 empleados, facilitando su acceso a la digitalización a través de mecanismos ágiles como los vales digitales. Esta capacidad de llegar rápidamente a una gran masa de empresas es algo que podría inspirar a Alemania a mejorar la escalabilidad de sus programas sin sacrificar la calidad del apoyo técnico.

Conclusión: ¿Es viable un “Digital Mittelstand” en España?

La reflexión propuesta por Mert Bulan encuentra en España un terreno fértil para debatir la viabilidad de un Mittelstand digital. Ambos países comparten un diagnóstico común: la digitalización es fundamental para mantener la competitividad de sus PYMEs. Sin embargo, las diferencias en la ejecución son notables. Mientras Alemania profundiza en la tecnología a través de la experimentación localizada, España opta por una cobertura más amplia, pero quizá menos profunda.

Para que España logre construir su propio Digital Mittelstand, será necesario encontrar un equilibrio entre la amplitud de cobertura y la profundidad tecnológica. Esto implica no solo seguir ofreciendo herramientas digitales accesibles, sino también desarrollar infraestructuras de apoyo más robustas, donde las PYMEs puedan aprender, probar y adoptar tecnologías avanzadas con el acompañamiento adecuado.

Al final, la clave podría estar en combinar la eficiencia operativa del modelo español con la sostenibilidad y el enfoque a largo plazo del modelo alemán, creando un ecosistema donde las PYMEs no solo sobrevivan, sino que prosperen en la economía digital europea.

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