¿Quién debe tener acceso a la IA? Ciudadanía algorítmica y derecho a experimentar
OpenAI y Hugging Face representan modelos opuestos sobre el acceso a la IA. ¿Es ya un derecho limitar o abrir estas tecnologías?
OpenAI y Hugging Face representan modelos opuestos sobre el acceso a la IA. ¿Es ya un derecho limitar o abrir estas tecnologías?
La IA promete eficiencia, pero consume más energía que muchos países. ¿Quién paga esa factura? Y lo más importante: ¿hay alternativa sostenible?
La mayoría de la población mundial aún no ha usado estas herramientas. En este escenario, la inteligencia artificial no solo transforma la educación, también redefine las fronteras de acceso al conocimiento.
s inversiones y expectativas sociales se disparan, los límites del planeta y la tensión geopolítica nos recuerdan que incluso la IA necesita una base tangible.
Este cambio de narrativa, impulsado por avances tecnológicos concretos y una adopción empresarial sin precedentes, está obligando a replantear estrategias, regulaciones y prioridades sociales con una urgencia ineludible.