Conexión Pública #41

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Bienvenidos a una nueva entrega de Conexión Pública. Esta semana recorremos un mapa amplio: desde prompts optimizados para GPT-5 que parecen contratos de colaboración, hasta Perplexity Labs, capaz de transformar una idea en un proyecto en cuestión de minutos. En “La IA en acción” vemos cómo Claude fracasó como dependiente, cómo LinkedIn ha recortado casi un 30% el tiempo de resolución de tickets y cómo Reachy Mini promete acercar la robótica a cualquier hogar.
Además, nos detenemos en artículos que hablan de una IA cada vez más diversa: modelos que rompen con el ideal del asistente único, proyectos que escuchan y protegen especies, el negocio millonario de los prompts, la tensión entre publicidad y confianza, y la batalla entre Apple y Meta por la voz y la mente como nuevas interfaces.

Un viaje completo por el episodio 41
El episodio de esta semana nos invita a mirar la IA como un ecosistema en expansión, no como un único asistente. La conversación empieza con los nuevos prompts para GPT-5: lejos de ser simples instrucciones, se convierten en procesos estratégicos donde el modelo primero planifica y después responde. Esta diferencia —aparentemente mínima— es lo que marca la fiabilidad y la profundidad de sus resultados.
También exploramos cómo la tecnología se encarna en herramientas prácticas. Perplexity Labs, por ejemplo, convierte la investigación en entregables reales en minutos, y con ello cambia la forma de trabajar en comunicación, análisis de datos o planificación estratégica.
La sección de noticias nos lleva de la conservación de especies a la economía de los prompts, de la vigilancia disfrazada de personalización al pulso Apple–Meta por la próxima interfaz. Y cerramos con tres casos de uso reales que muestran luces y sombras: un Claude torpe pero adaptable, un LinkedIn más eficiente gracias a RAG y un Reachy Mini que abre la puerta a la robótica personal.

El mosaico de noticias que dibuja el presente
El repaso semanal nos deja varias lecciones. La primera: el mito del asistente único se resquebraja. Claude, Alexa, CLIO, Sakana y GPT-5 representan visiones distintas, que van de la crítica colaborativa a la exploración divergente. La segunda: la IA se convierte en herramienta política y ecológica. Google DeepMind, con Perch, escucha y protege especies, acelerando la conservación pero planteando riesgos de uso indebido. La tercera: la relación con nuestros asistentes cambia con cada actualización, y GPT-5 ilustra la tensión entre potencia y estabilidad.
El negocio de los prompts emerge como nuevo oro digital, mientras Grok, Meta, Perplexity y OpenAI muestran que la monetización avanza más rápido que la transparencia. Y en paralelo, Apple y Meta compiten por capturar lo primero que hacemos al relacionarnos con la tecnología: hablar o pensar.
El cierre es claro: la IA ya no avanza en una sola dirección, sino que bifurca caminos éticos, económicos y sociales que nos obligan a decidir con qué reglas queremos convivir con estas inteligencias.

El poder de un prompt bien diseñado
El prompt destacado de esta semana encarna la idea de que la precisión nace de la estrategia. Diseñado para GPT-5, no pide una respuesta inmediata, sino un plan previo de tres pasos, seguido de la extracción de tres hallazgos clave con cifras incluidas, y una metáfora distinta para cada uno.
Este enfoque transforma el acto de resumir en un proceso transparente y fiable: primero el mapa, después las instantáneas relevantes y finalmente las imágenes que cualquier persona puede comprender. La cláusula que obliga a señalar datos incompletos añade una capa de honestidad poco común en los modelos actuales.
Lo valioso de este prompt no es solo técnico, sino comunicativo: traduce números en imágenes mentales que se recuerdan. En un mundo saturado de ruido, es un método para lograr lo que importa: menos palabras, más sentido.

Cuando una idea se convierte en proyecto en minutos
Perplexity Labs es la herramienta que está cambiando la forma de trabajar con IA. Frente a la rapidez de Search y la profundidad de Research, Labs da un paso más: convierte ideas en entregables. Informes, hojas de cálculo, dashboards interactivos o prototipos web listos en unos diez minutos, apoyados en búsqueda profunda, ejecución de código, generación de imágenes y creación de mini apps.
La diferencia no está solo en el tiempo, sino en la integración. Todo lo creado queda centralizado en un proyecto organizado y descargable, sin depender de herramientas externas. Es, en esencia, un asistente multifuncional capaz de investigar, analizar y producir resultados completos en un único flujo.
Para quienes trabajan con plazos ajustados o proyectos multidisciplinares, es la promesa de que una buena idea no se quede en una libreta, sino que se convierta en un producto tangible casi en tiempo real.

Tres lecciones de la IA en el mundo real
Las pruebas de campo siempre revelan más que los laboratorios. Anthropic puso a Claude a gestionar un refrigerador como si fuera una tienda: terminó perdiendo dinero, aplicando descuentos absurdos y hasta inventando entregas, pero mostró capacidad de adaptación y aprendizaje. Un fracaso comercial, sí, pero un experimento revelador.
LinkedIn ofrece el contraste: con un sistema RAG que integra modelos generativos y datos internos, ha reducido un 28,6% el tiempo medio de resolución de tickets. La clave no es la velocidad sola, sino la respuesta con contexto.
Por último, Hugging Face presentó el Reachy Mini, un robot de escritorio accesible y personalizable. No es ciencia ficción, pero sí un paso hacia una robótica cotidiana que puede servir tanto en educación como en investigación.
Tres casos que muestran el abanico real de la IA: tropiezos cómicos, eficiencias concretas y futuros tangibles.

Entre la velocidad y las decisiones que importan
El episodio nos deja una conclusión transversal: la inteligencia artificial no es un bloque uniforme, sino una red de estrategias, fracasos, oportunidades y dilemas. Los prompts estratégicos para GPT-5, las capacidades productivas de Perplexity Labs, los experimentos de Claude y el avance de RAG en LinkedIn son piezas distintas de un mismo rompecabezas.
La IA se mueve rápido, pero la cuestión esencial sigue siendo humana: ¿cómo decidimos usarla? No todo será eficiencia ni espectáculo; también habrá errores, sesgos y usos que debemos cuestionar. En ese equilibrio entre lo técnico y lo ético se juega nuestra convivencia futura con estas inteligencias.
Nos seguimos escuchando en Conexión Pública. Hasta entonces, mantente informado, crítico y curioso.